Cinco poemas de Adam Fethi traducidos al español por Munir Hachemi

Adam Fethi portada

Adam Fethi nació en Tunez en la década de los 50′ y es poeta, escritor, periodista, traductor e intérprete. Su verdadero nombre es Fathi Gasmi aunque es popularmente conocido como Adam Fethi (también transliterado en ocasiones como Adam Fathi). Ejerció la enseñanza, pero fue apartado de su puesto hasta 1987 y prefirió no ejercer más a mitad de los años noventa, para dedicarse totalmente a la producción literaria y al periodismo.

Entre sus libros destacan Siete lunas para la guardiana de la fortaleza (1982), Historia verde y el príncipe Adouane (1984), Canto del sindicalista elocuente (1986), El libro de elegías y maldiciones (1989), Cantos para la flor de estiércol (1991), Poema de Jerusalén en la palma de la mano de Bagdad (1994), Poemas de amor y libertad (2000) y El soplador de cristal (2011).

Sus poemas han sido interpretados por varios cantantes tunecinos y árabes, además de haber sido traducidos al francés, inglés, italiano y español. Entre sus premios destacan el Premio de la creación afro-europeo (1987-1990), el Premio del Festival de radio y televisión de El Cairo (1993, 1995, 1997), y el Premio internacional de poesia Abu-Al Kacim Chabbi (2012).

A continuación, les presentamos 5 poemas en francés de Adam Fethi, traducidos al español por el escritor y editor Munir Hachemi.

 

 

1. Le Souffleur de verre

(Premier mouvement)

 

Comment écris-tu ? demande la fillette à son père

Aveugle.

–Je regarde longtemps en moi jusqu’à voir un trou dans la page. Sur le trou je mets un mot. Je souffle dans le mot pour qu’il grandisse un peu. Ainsi j’obtiens parfois un poème.

–Et puis quoi ?

–Rien, sinon peut être, tomber dans le trou sans revenir.

 

 El Soplador de cristal

(Primer movimiento)

 

¿Cómo escribes? Pregunta la niñita a su padre

Ciego.

Miro largo tiempo dentro de mí hasta que veo un agujero en la página. En el agujero coloco una palabra. Soplo en la palabra para que crezca un poco y así, a veces, obtengo un poema.

¿Y después?

Nada… salvo tal vez caer en el agujero y no regresar más

 

 

2. Scorpion

 

Un petit scorpion dans un cercle de feu,

devant une grotte qui se meurt, se pique lui-même.

 

Puis s’en va loin dans une misérable boutade.

 

Ainsi boit-il la coupe en toute simplicité,

comme Socrate.

 

Mais là où la main tremble

Le dard ne tremble pas.

 

Escorpión

 

Un pequeño escorpión en un círculo de fuego

ante una cueva moribunda, se pica a sí mismo.

 

Después parte lejos en una broma miserable.

 

Así bebe la copa, sencillamente

como Sócrates.

 

Pero donde la mano tiembla

el dardo no ha de temblar.

 

 

3. Le Stéthoscope

 

Débarrasse-toi de tes habits, lui ordonne le docteur. Alors il s’exécute. Le poète est nu.

Le docteur le presse, sans prêter attention au stéthoscope dont la joue rougit sur sa poitrine :

Et ceux-ci ? Montrant des mots et des maux.

 

Ceux-ci je ne peux les ôter, murmure le poète d’une voix lointaine.

Mes mots et mes maux sont ma deuxième peau, si bien qu’en sortant nu dans la rue, personne ne se rend compte de ma nudité.

 

Allonge-toi, ordonne le docteur, et au poète de s’exécuter.

 

Le stéthoscope ferme les yeux de honte, pendant que le poète gémit chaque fois que le docteur tâte un mot dans son corps.

 

Où est-ce que tu as mal ? Dans mes rêves, chuchote le poète. Je sens parfois que je suis une douleur qui rêve pour ne pas s’écouter. Un rêve qui souffre pour ne pas penser. Dis-moi franchement, y a-t-il de l’espoir ?

 

Le docteur trouve plus d’une raison au désespoir. Mais s’il était plus attentif, il aurait vu ses mots dans le silence du cabinet fondre en éclats de rire, pendant que le stéthoscope rassure le malade :

 

Tout va bien l’ami. Toi

Tu es vivant de tous les côtés.

Ce n’est pas le cas

De ceux qui ont perdu le don de la douleur.

 

El estetoscopio

 

Quítate la ropa, le ordena el doctor. Él lo hace. El poeta está desnudo.

El doctor ignora el estetoscopio que se enrojece sobre su pecho y lo presiona:

¿Y éstas? Señalando las palabras y los males.

 

Éstas no me las puedo quitar, murmura el poeta con una voz lejana.

Mis palabras y mis males son mi segunda piel; a veces salgo desnudo a la calle y nadie aprecia mi desnudez.

 

Túmbate, ordena el doctor, y el poeta obedece.

 

El estetoscopio cierra los ojos, avergonzado, y el poeta gime cada vez que el doctor palpa una palabra de su cuerpo.

 

¿Dónde te duele? En mis sueños, musita el poeta. A veces siento que soy un dolor que sueña para no escucharse. Un sueño que sufre para no pensar. Dime, francamente, ¿hay alguna esperanza?

 

El doctor encuentra más de un motivo para desesperar. Pero si hubiera estado más atento habría visto que sus palabras, en el silencio de la consulta, estallaban en carcajadas mientras el estetoscopio tranquilizaba al paciente:

 

Todo va bien amigo. Tú

Estás totalmente vivo

Cosa que no ocurre

Con aquellos que han perdido el don del dolor

 

 

4. L’embuscade

 

Je dors avec mon corps depuis des années, un œil mi-ouvert, l’autre mi-fermé.

 

Qu’un grain tombe de la grappe des êtres chers, et me voilà reveillé par le fracas dans ma chair.

 

Je vois ma main effrayée inspecter ses abords désarmés. Mon oreille trembler comme la tête d’une chatte en panique.

 

Ce bruit trahit-il la chute d’un proche ou d’un semblable.

 

Je dors avec mon corps depuis des années, un œil mi-ouvert, l’autre mi-fermé.

 

Ne sachant d’où le coup peut venir ? Du cerveau ? Des poumons ? Du cœur ? Du foie ? Du rein ? De la prostate ?

 

Merde ! (hurle l’enfant dans son vieux corps, dans sa cage mobile). Es-ce un corps ou un terrier d’assassins aux aguets ?

 

Depuis des années je mets ma main sur la bouche de ma bien-aimée

Depuis des années ma bien-aimée pose sa main sur ma bouche,

De peur que le sanglot de l’un ne réveille l’ennemi endormi dans le corps de l’autre.

 

Merde !

 

Es-ce mon corps

Ou mon ennemi ?

 

Es-ce un corps

Ou une embuscade ?

 

 

La emboscada

 

He dormido con mi cuerpo por largos años, un ojo medio abierto y el otro medio cerrado.

 

Cada vez que un grano cae del racimo de los seres queridos

y me despierta el restallido de mi carne.

 

Veo mi mano espantada tentando sus bordes inermes. Mi oreja tiembla como la cabeza de una gata aterrorizada.

 

Este ruido traiciona la caída de alguien cercano o de un semejante.

 

He dormido con mi cuerpo por largos años, un ojo medio abierto y el otro medio cerrado.

 

Sin saber de dónde puede venir el golpe. ¿Del cerebro? ¿De los pulmones? ¿Del corazón? ¿Del hígado? ¿Del riñón? ¿De la próstata?

 

¡Mierda! (aúlla el niño en su viejo cuerpo, en su jaula móvil). ¿Es esto un cuerpo o una madriguera de asesinos al acecho?

 

Tras los años pongo mi mano sobre la boca de mi amada

Tras los años mi amada posa su mano sobre mi boca,

No queremos que el llanto de uno despierte al enemigo que duerme en el cuerpo del otro.

 

¡Mierda!

 

¿Es mi cuerpo

o es mi enemigo?

 

¿Es un cuerpo

o una emboscada?

 

 

5. Le poisson rouge

 

Une enfant, l’ombre dans l’eau, rêve qu’elle est un poisson.

 

Laissez-moi penser à sa couleur, murmure-t-elle. Je suis un

poisson rouge.

 

–Et qu’est-ce que je fais ?

 

Peut-être vais-je danser

Avec les coquillages.

 

–Ai-je un miroir pour me peigner ?

 

J’irai plutôt regarder en haut

Regarder toujours en haut

Pour tisser avec les rais du soleil

Une chanson à l’hiver.

 

–Aurai-je soif aussi ?

 

J’irai plutôt ramasser les fruits de mer, comme

Cette belle fleur.

 

(L’hameçon était tout près, pareil à un iris brillant à l’ombre

du pêcheur.)

 

Le poisson l’a-t-il cueilli

Que la fillette s’écrie :

 

Ah ! Si je savais…

 

La vie pourrit parfois

Par ses rêves,

 

Comme par sa tête pourrit le poisson.

 

El pez rojo

 

La sombra de una niña cae sobre el agua. Sueña que es un pez.

 

Dejadme que piense su color, murmura. Soy un

pez rojo.

 

¿Y qué hago?

 

Tal vez danzar

con las almejas.

 

¿Tengo un espejo para peinarme?

 

Miraré mejor arriba

Mirar siempre hacia arriba

Y tejer con los rayos del sol

una canción para el invierno.

 

¿Tendré sed?

 

Recogeré marisco, los frutos del mar, como

esta hermosa flor.

 

(El anzuelo estaba cerca, tanto como un iris brillante a la sombra

del pescador).

 

El pez lo ha mordido

y la niña grita:

 

¡Ah! Si lo hubiera sabido

 

La vida a veces

empieza a pudrirse por los sueños

 

igual que el pez siempre

empieza a pudrirse por la cabeza.

 

 

 

Munir Hachemi (Madrid 1989). Ha publicado tres cuentos sueltos (M, Los ojos blancos y Del otro lado) y dos novelas (Los pistoleros del eclipse y «廢墟»). También se han incluido sus relatos en antologías como Escribivientes, la revista Chéjere y El laberinto mecánico. Como poeta, ha sido antologado en algunos volúmenes: uno del Bukowski club, otro en el que figuraban los finalistas de cierto premio, en la antología de Los escritores bárbaros, y en Pero yo vuelo. Es presidente de Ediciones Paralelo, y también codirector y coguionista del programa de radio El paraíso del Tonto Solemne. En noviembre de 2018 saldrá publicada su última novela, Syngenta, en la editorial Periférica. Más información en su página web.

 

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