Emily Brontë, «Poemas», por Enrique Arias Beaskoetxea

Nacida en  Thorton, Yorkshire, hija de un padre pastor anglicano austero y pobre pero que siempre les permitió leer, visitar bibliotecas y dedicarse a la literatura. Emily Brontë (1818-1848) publicó solo una novela, «Cumbres borrascosas», considerada una obra maestra. Escribió apenas unos 200 poemas, suficientes para ser incluida entre los grandes poetas del romanticismo inglés del XIX, época en la que coincide con Byron, Keats o Shelley, con  W. Wordsworth y W. Blake, con Robert Browning y Elizabeth Barrett, con Cristina Rossetti.

Sin embargo se dice que quien más le influyó fue Samuel Taylor Coleridge, uno de los fundadores del romanticismo inglés del XIX, el autor de la «Balada del viejo marinero» donde un viejo barco es arrastrado hacia el hielo, un albatros, símbolo auspicioso, es matado por el marinero lo cual genera la pesadilla de la imposibilidad de huir de esa maldición, yendo cada vez más hacia lo profundo del frío, hasta desprenderse del cadáver del albatros.

En 1846 publicó sus poemas en un libro, conjuntamente con sus hermanas Charlotte  y Anne , bajo el pseudónimo de Currer, Ellis and Acton Bell. Usando la inicial de sus nombres y apellido crearon unos pseudónimos puesto que en aquella época no se consideraba la literatura, o la poesía, como adecuado para las mujeres y con toda seguridad no hubieran sido publicado el libro. Se dice que apenas vendieron dos ejemplares.

En 1847 las tres hermanas, con pseudónimo masculino, editan su única novela, Emily publica «Cumbres borrascosas» mientras Charlotte y Anne publicaban «Jane Eyre» y «Agnes Grey». Desarrollan su mundo interior e imaginario en un mundo de silencio y soledad profundamente relacionado con la naturaleza de su condado natal, Yorkshire.

En  las tres novelas se crean protagonistas femeninas decididas y valientes, con criterio propio, que viven historias de amor imposibles. «Cumbres borrascosas» es además la apuesta por el amor-pasión, aquel que sobrevive a la muerte, a distancias de status o conveniencias sociales.

El fondo del paisaje poético es la vista cotidiana de un pequeño pueblo, de pocas casas, con su iglesia, cementerio y escuela. La naturaleza, como escenario y como metáfora, con inviernos largos, fríos y ventosos frente a veranos cortos con páramos de cardos y brezos en flor.  A las afueras, aislados del mundo, se encuentran viejos castillos, casas señoriales y numerosos cottages (casas de campo) que probablemente inspiraron a las hermanas en el momento de crear las residencias de sus novelas.

La figura del paisaje es su interrelación con el mundo real desde su propio mundo interior y su ansia de huida, de trascendencia. En la intensidad de algunos de sus versos se puede intuir o reconocer los caracteres de Heatcliff, Catherine Earnshow o Edgar Linton.

No se puede entender la obra de Emily Brontë sin mencionar los reinos imaginarios que en su niñez crearon los cuatro hermanos, Gondal para Emily y Anne, Angria para Charlotte y Branwell, el hermano pequeño. Junto a los reinos crearon leyes, costumbres, rivalidades e intrigas que dejaron escritas en crónicas y poemas.

En el poema “Estaba sola”, escrito en 1837, una joven poeta busca salida a los pensamientos del alma, del corazón y la mente: un atardecer de verano que ve desvanecerse entre las cumbres y el llano pero se encuentra con la imposibilidad de poder expresarlos en todo su amplitud. Esta imposibilidad de trascribir lo ansiado le lleva a dudar de sí misma, un deseo, un sueño, que proviene de la infancia donde la fantasía se extendía con facilidad, Me pregunté: ¿Por qué el cielo / me ha negado a mí / el precioso don que a otros ha dado / el poder en poesía sus pensamientos revelar.  

No sabemos qué quería expresar, al no poder escribir ese poema, mis dedos han pulsado una cuerda muda, termina expresando esa impotencia que aumenta la sensación de soledad. El poema finaliza con una derrota, y mi esforzado afán me advierte: «No luches más, porque es en vano».

Apenas salió de su pueblo natal excepto por una estancia en Bruselas (1842), junto a su hermana Charlotte, para estudiar francés y piano con vistas a fundar una escuela propia. Pero la muerte de su tía materna, que financiaba el viaje, les hizo regresar apresuradamente.

Emily queda al cargo de la casa y de su hermano Branwell, enfermo por sus adicciones al alcohol y al opio. Las tres hermanas siguieron con su proyecto de crear una escuela infantil, otro fracaso puesto que no hubo ni una sola inscripción.

En el poema descriptivo “A la torre de la vieja iglesia” la autora enumera los elementos que conforman su mundo poético: la vieja iglesia, la lluvia otoñal, los tristes vientos, las densas sombras, el cielo sombrío. El último verso deja salir un suspiro: tristes pensamientos se alzaron en mi mente… finalizando con unos puntos suspensivos que son una puerta entreabierta a un mundo que desarrollará en los siguientes poemas.

“Lejos, muy lejos, está la morada de la paz”, el poema comienza con un verso que afirma que la paz buscada está lejos de la vieja iglesia, lejos de su paisaje habitual, allá donde el desánimo permanece, Consumido, cansado va el caminante […] vacilante, desfallecido, quisiera morir. La idea de la muerte como un lugar donde encontrar el sosiego para el alma será una constante en su poesía. A pesar de que quisiera desfallecer y tumbarse a un lado del camino, y si aun de tu voluntad desesperas / acalla sus voces en tu pecho, queda un soplo de vida, un último esfuerzo para alcanzar la morada de la paz.

En su poesía el sentimiento se derrama más allá del mundo real, con las armas de la imaginación trasciende la primera emoción, su romanticismo se extiende en las visiones de otros mundos. Su visión de la vida está basada en la sensibilidad interna, en la esencia de su percepción, en la expresión personal. No es importante la intensidad del sentimiento sino la intensidad de la expresión.

Quizás uno de los poemas más hermosos escritos por Emily Brontë sea “Sleep brings no joy to me” (No me trae el sueño alegría). Construido por seis estrofas de 4 versos, de 6 y 8 sílabas, rimados abab  y con ritmo marcado por una pausa en el centro del verso. Cada estrofa comienza con el mismo verso excepto por una palabra, No me trae el sueño alegría  dice el primer verso, después cambiará alegría por reposo, esperanza, valor, amigo y deseo.

La estructura de cada estrofa es precisa e idéntica, en los dos primeros versos señala el mundo onírico que decepciona al no traer lo deseado, No me trae el sueño alegría / los recuerdos nunca mueren;  los dos siguientes versos expresan el desaliento de la poeta, mi alma es dada a la tristeza / y entre suspiros vive.

El poema avanza con lo no sucedido, la ausencia de reposo, de esperanza, de valor que va haciendo su existencia más amarga, árida, desolada, sin esperanza.

Las dos últimas estrofas expresan el ansía del amigo, la ternura, el deseo, el abrazo que ayude a soportar la vida, No me trae el sueño el deseo / de apretar en mi pecho mi acosado corazón; al final del poema acaba bajando los brazos y aceptando la derrota, solo quiero alcanzar el olvido / en el sueño eterno de la muerte.

Hay cambio sustantivo en el poema “Vendré a ti”, la autora se transmuta de sujeto receptora a sujeto donadora. Ya no espera el sueño, la muerte, la ensoñación para escapar del mundo corriente sino que es ella a quien se espera, Vendré a ti, / cuando estés muy triste, cuando el día desaparezca, no haya lugar a alegría, cuando el verdadero sentir de tu corazón / reine imparcial y absoluto. Quien recibe también teme puesto que será una fuerza poderosa y regeneradora, precursora de un poder más fuerte / que a quien anuncia es a mí.

En “Corona de nieve” será de nuevo una forma de fantasía la que anime su ser, el peso del corazón y la tristeza, Pero tú, en forma de ángel, cuando yo despertaba, será la figura celeste la que ilumine más allá de tinieblas, cielos nubosos, montañas abruptas, más queridas para una montañera / que siempre ha amado la nieve.

El “ángel” es una presencia silenciosa que despierta, con una melodía, su espíritu cuando llega y da un ánimo que permanece cuando se marcha.

Si por costumbre los poemas se titulan con el primer verso, Emily Brontë rompe esta norma tácita escribiendo dos poemas con idéntico título: “Estrofas”, el primero con 12 estrofas y el segundo con apenas 5. Formalmente están escritos en cuartetos (estrofa de 4 versos de 6 sílabas, rimados 1º y 3º, verso 2º y 4º). Evidentemente métrica y rima se pierden en la traducción pero la traductora y prologuista Rosa Castillo consigue trasladar el alma y el ritmo de los versos a un idioma distinto.

En el primer poema titulado “Estrofas” contrapone su amada y ruidosa naturaleza, Hay un lugar entre ásperas colinas /  donde el invierno brama, que es a su vez su lugar en el mundo pues es la pasión la que despierta a la poeta, es el retorno a su esencia, el hogar amado al que regresar una y otra vez, La casa es vieja, los árboles desnudos / y sin luna se comba la neblinosa bóveda. La autora sueña si alguna vez regresará allí o buscará otros ámbitos menos áridos, Un verde senderillo solitario / que se abre a una amplia llanura [] un cielo tan claro, una tierra tan tranquila.

Ambos mundos están comunicados por caminos escarpados, desde uno se puede ver fácilmente el otro, uno en la montaña y el otro en el valle, pero la realidad ha borrado lo que pudo la fantasía / y ya oigo cerrar las rejas de mi prisión. La ilusión dura el tiempo que tiene elevada la mirada durante su hora de descanso, después ha de volver a su dura realidad.

En el segundo poema titulado “Estrofas” también enfrenta el mundo de las sombras y tormentas, que se siente tentada a seguir, al mundo de la abundancia y el ocio. Rompe esta dicotomía eligiendo un tercer camino, Caminaré por donde mi propio ser me lleve, / me afrenta conseguir otro guía, pues  esos montes le han revelado gloria y dolor más allá de lo indecible, mientras en la tierra su corazón despierta el sentimiento/ puede del Cielo y del Infierno ambos mundos centrar.

El páramo circundante, árido, golpeado por vientos y lluvia, la soledad, la introversión marcan sus versos, expresando, a una vez, dolor y nostalgia, así como encontrando refugio y consuelo en el amor por la naturaleza. Emily, al igual que sus hermanas, no pertenecen al mundo, la sociedad, la época en la que nacen, viven y mueren. Viven en la tensión de un universo particular, conociendo que ese mundo propio no puede trascender si no es más allá de la muerte.

En “Aquí está” deja soplar la fantasía sobre pensamientos, sobre la mejilla, sobre la mirada. Es la fantasía un viento que barre el mundo y borra la memoria dejando libertad, y eres ahora un espíritu vertiendo / en toda su presencia / la esencia del rugir de la tempestad /y de la tempestad su descenso.

Y cuando ya esté libre de toda presencia de realidad y ausente de vida entonces se abrirán las puertas de la cárcel, comenzando una nueva vida, Así en verdad cuando tu pecho esté frío / se liberará tu alma de su prisión.

Vuela la poeta constante, de una herida a otra, desde el gozo del alma liberada a la oscuridad de la muerte y los cementerios. En el título del poema “Veo junto a mí los sepulcros grises” se señala una forma de entender la vida, de interpretar su paso, acercándose una y otra vez a los pensamientos más oscuros, están solos y en silencio los muertos; / bajo el césped, bajo el barro.

En su biografía está la muerte de su madre cuando era un niña, la muerte de familiares, la enfermedad y la escasez, ya no le quedan más lágrimas, Quiero solo recordar la mitad de la aflicción / que he visto, oído y sentido aquí. Así la muerte y el cielo que le espera tras ella se convierte en su mejor refugio, ¡Dulce morada de luz!, allí donde descansan los que se han desprendido del cuerpo mortal, Está bien que ellos vivan en éxtasis / su larga y feliz eternidad.

Las últimas estrofas hablan de una madre, en el otro lado (de la alegría), y de unos hijos en este lado de la vida (de la desdicha sin fin), ansiando su reunión en un lugar de calma, No hay más allá deslumbrante morada / que pueda robar el amor de tus hijos.

En el poema “¡Qué hermosa brilla” la autora vuelve al tema central de su poética, la fantasía como fuente de todos sus bienes, Sí, ven Fantasía, mi hada querida / besa suave estas sienes palpitantes, frente a un mundo que no considera propio, El mundo se aparta. Oscuro mundo adiós. / Feo mundo, escóndete hasta que venga el día. La noche es el momento de soñar en ese mundo de luz, el mundo es considerado un lugar de infortunios, dolor y maldad; cada cuarteto señala una de esas cualidades que quiera apartar de su vida y en el último cuarteto cada verso es una declaración, Y la Paz este letargo de aflicción / la Esperanza del alma un fantasma /  la Vida un trabajo vano y breve / y la Muerte el déspota total.

El cansancio de esta lucha diaria entre un ser, que quiere trascender mediante la fantasía, y un mundo denso, detenido, es una lucha perdida. Comienza el poema “Pregunta” con cuestiones sin esperanza,  ¿Qué ha dejado el día que se fue? / ¿ Qué sentimiento ha dejado en tu pecho?. El tiempo es un destino de condena, nadie lamenta si ella faltase en el mundo, es fácil abandonar este mundo pero el espíritu no se decide aún. Ha luchado tanto, ha dado tanto en esta vida y sin embargo solo tiene infortunio al punto de considerar la muerte como un descanso, / El largo combate termina en derrota / derrota asumida con serenidad / tu atardecer aún dulce resulta / y tu noche un glorioso amanecer.

La poesía de Emily Brontë viaja desde el mundo interior a través del espíritu, su introspección la lleva a la literatura como una tabla de salvación en un océano de naufragio, vive en el interior y  escribe como una forma de liberarse. Crea una manera única de expresión, en forma y fondo, sigue sus propias leyes y deja que la inspiración transforme la fantasía, motor de deseo, en imaginación, material con el que construir sus poemas.

En uno de los pocos poemas que no suceden en su paisaje habitual, “Tumba en el mar”, las preguntas se suceden sin respuesta, -sobre el clima, las visitas a la tumba o sobre el lamento del vivir- pues de nuevo vuelve al tema de la muerte aunque en este poema recomienda llorar en el mar, como si fuera un consejo para Heatcliff que por las noches solloza y maldice en la tumba de Kahty, Pero si llorar sobre su tumba / es un favor tan precioso / derrama tus lágrimas sobre las aguas del mar / y a ella presto llegarán.

El poema “A la imaginación” es considerado como una poética de Emily Brontë pues en él expresa su concepto de la vida, del mundo, del dolor y su salida a través de la fantasía y la imaginación, elementos que contraponen su mundo interior frente a la razón asociada a la realidad de la vida, Tan triste es el mundo de fuera / que el mundo interior doblemente estimo. La razón se queja de la tristeza en la que vive y desanima cualquier salida, y la Verdad puede brusca pisotear / las flores que la Fantasía ahora mismo aireó. Mas la imaginación está siempre a su lado para traer vida y hablar de otros mundos tan reales como los que propone la razón y la verdad, / te acojo, oh benéfico poder / solaz de humanos cuidados / y esperanza para cuando la esperanza cesa.

En un luminoso poema, “No es cobarde mi alma”, reivindica su fuerza, la de su alma, frente a la tierra, las creencias y el temor; surge la vida como elemento interior que puede vencer a las inquietudes, oh Vida que en mí descansas / como yo, Vida Eterna, descanso en Ti.. Un espíritu que vive en el otro mundo sobrevuela este mundo y despliega su dominio, reina y medita / cambia, sostiene, disuelve / crea y da vida. El poema proclama, al fin, la victoria sobre la muerte, el abandono de la realidad y la razón opresora, No hay lugar para la muerte / ni átomo que su poder haga inútil / puesto que tú eres el aliento y la vida / lo que tú eres nunca se podrá extinguir.

La prologuista y traductora Rosa Castillo nos habla del concepto esencial de la imaginación: “Su poesía está dominada por la imaginación, ese magic power que la llamaba Coleridge, sin el cual se produciría el vacío […] ¿Qué es en definitiva la imaginación para Colerigde? La define con toda claridad: ««The link between the known universe and the transcendental realm» El nexo entre el universo conocido y el reino transcendental, reino en el que se mueve nuestra escritora, mas para llegar a él la imaginación necesita el valor agregativo de la fantasía que es la parte activa de la mente [.…] ella sabe que la imaginación existe como un ente autónomo: escribe un bello poema A la imaginación en el que agradece que le separe del feo mundo exterior, de world whitout, que desprecia, del world whitin que doblemente estima; esta separación es constante en el mundo de Ellis Bell (Emily Brontë).”

En septiembre de 1848 fallece su hermano Branwell, se dice que en su funeral enfermó de un resfriado que pronto se convirtió en tuberculosis, pasando sus últimos meses recluida en la cama, dejándose lleva por la muerte. Emily Brontë falleció un 19 de Diciembre del año 1848, apenas había cumplido los 30 años dejando una obra maestra de la narrativa, «Cumbres borrascosas», y un conjunto de poemas que merecen pertenecer a lo más exquisito y célebre de la poesía inglesa del XIX.

 

Reseña: Enrique Arias Beaskotxea

Obra: “Poemas”, Emily Brontë, Ed. Torremozas, traducción y prólogo de Rosa Castillo, 1990.

 

Enrique Arias Beaskoetxea (Bilbao, 1958) tiene varios poemarios publicados en revistas digitales de literatura de España (Cervantes Virtual y Poemaria) y Francia (Revue d’art et de littérature, musique). Sus poemas se han publicado en revistas de España (Ágora, De Sur a Sur, 3D3 y El Gato Negro), Colombia (Túnel de letras), Venezuela (Letralia y Alborismos) y Estados Unidos (Furman217 y Vuela Palabra. Ha publicado reseñas literarias en revistas de España (De Sur a Sur, Galeradas, y Odisea cultural) y Colombia (Noche Laberinto). Tiene los siguientes libros publicados: La lejanía de las cosas (Ápeiron Ediciones, 2017), Visible-Invisible (Editorial maLuma, 2017), Un mundo, una atmósfera (Ediciones Ruser, 2019) y Condición terrenal (Editorial Literarte, 2019). Escribe en el blog «Alfabeto» y cuenta con la web de autor  https://enriquearbe.wordpress.com/ y la página «Espace d’auteurs. RAL, M» (http://www.lechasseurabstrait.com/revue/spip.php?rubrique1253) 

 

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