PALABRA DE ARGONAUTA – Beatriz Carilla Egido

Palabra de argonauta Odiea Cultural
Después de un pequeño retraso debido a problemas externos, regresamos en este mes de febrero, otro año más, a Palabra de Argonauta, vuestra sección bimensual de narrativa contemporánea en Odisea Cultural. Comenzamos este 2021 con dos textos (un relato y un microrrelato) de la escritora zaragozana Beatriz Carilla Egido. Sin más, esperamos que disfrutéis de la lectura y animamos a todos los escritores de narrativa española a participar en esta sección de Odisea Cultural, abierta a todos los curiosos.  Gracias a todos por vuestra participación y por seguir ahí.

NÁUFRAGOS

Aurelio apunta algunas ideas en la manoseada libreta y suspira. Está tan agotado como el cartucho de su estilográfica. La vieja butaca del estudio parece querer mecerle y él se deja querer. Cierra los ojos para aliviar el escozor. De inmediato el sueño se apodera de la razón.

Un pegajoso olor a salitre inunda la habitación. Las olas se aproximan para romper en espumosa marejada contra la mecedora. Una repentina tempestad hace zozobrar la embarcación. Consigue mantenerse a flote unos instantes, pero pierde bruscamente el control. Finalmente se sumerge en un mar enfurecido. Aurelio, el soñador, lucha por rescatar al náufrago que hay en Aurelio, el escritor. Pero el aflautado tono del teléfono le devuelve bruscamente a tierra. Antes de descolgar el auricular carraspea unos segundos.

— ¿Sí? — pregunta desconcertado.

— Don Aurelio, soy su vecina de abajo — responde la voz—. Verá, acabo de llegar a casa y he encontrado mi salita con nueva decoración. Se ha apoderado del techo una mancha de humedad proveniente de su piso, más grande que la bóveda celeste, ¿comprende?

— La escucho con dificultad, señorita Margot. Tengo agua en los oídos.

En realidad Aurelio está empapado hasta los huesos. Su sueño ha sido tan plástico, que el suelo del parqué del estudio se oculta bajo un charco de agua estancada que hospeda algas, conchas, arena y hasta peces.

— Pues escuche, escuche, Don Aurelio. Y escuche bien. La moldura de escayola ha empezado a descascarillarse y parece caer nieve sobre mi cabeza. Cuando he marcado su número, los goterones que resbalaban por las cuentas de la lámpara de araña hasta la alfombra han quedado misteriosamente paralizados, como estalactitas. No encuentro explicación posible. A no ser que haya vuelto a quedarse dormido escribiendo esa novela suya. ¿A dónde ha viajado en su sueño esta vez, Aurelio?

Mientras Aurelio presta atención a la afelpada voz de su vecina, no puede evitar una sonrisa. Es una criatura sencillamente adorable, piensa.

— Lamento ser el responsable de semejante percance — acierta a responderle— . Créame cuando le digo, señorita Margot, que su malestar durará poco.

Hasta ahora ningún especialista ha sido capaz de diagnosticar la “dolencia” de Aurelio. Hiperrealismo del soñador lo define él. Como aquel sueño en el que montañas de botones y camisas acabaron sepultándole mientras intentaba, inútilmente, enhebrar una aguja gigante. Solo consiguió pincharse acabando como un muñeco vudú. Cuando despertó apenas podía respirar, ahogado bajo la colcha. No hubo daños colaterales. O aquella otra vez, más seria, en la que sufrió una persecución por parte del dragón que escupía fuego. La batalla campal que se organizó en su dormitorio, las absurdas explicaciones que dio a los bomberos, a los vecinos; la mudanza innecesaria.

Los sueños entrelazan los hilos de nuestras vidas y nos persiguen allá donde vayamos, le dijo el psicoanalista en su última visita. Tenía razón.

— Bien, entonces, ¿podría ayudarme a mover de sitio los muebles de roble? El secreter, por ejemplo, tiene más de cien años de antigüedad. Ya que es usted el causante de semejante estrago.

— Margot hace una incómoda pausa y prosigue su discurso—. No le entretendré mucho. Solo hasta que se presente los del seguro. Ni siquiera sé qué voy a contarles. Lo más extraño es este intenso olor a pescado. ¿Pero qué ha sucedido en su casa, Aurelio? ¡¡Oiga!! ¿Sigue ahí?

No, Aurelio ya no está al otro lado del teléfono. Ha salido corriendo de casa y baja las escaleras de dos en dos. La solitaria vida de aquella mujer, como la suya propia, corre peligro de irse a pique.

Al llegar al piso de abajo, impaciente, pulsa varias veces el timbre del 3ºC. Después toca con los nudillos. Ella abre la puerta ipso facto.

— Mi querida Margot, — dice visiblemente emocionado—. No culpe al mar de sus naufragios.

Y la náufraga, sin poder articular palabra, se abraza a su salvavidas.

OFICIOS

Para darle mayor esponjosidad escupe sin pudor sobre la levadura. Amasa con la musicalidad que su marinero interior le permite. Sazona con media docena de gotones de sudor y algunas lágrimas desordenadas. La cocción en horno de leña consigue el toque preciso de una corteza crujiente, la virtud de un artesano. Esa primera hogaza, la más perfumada y sabrosa, será como siempre para Carmín, que también ha sudado lo suyo esta noche para ganarse el pan. Más obscena que bella, más lolita que profesional, más inconsciente que culpable de haber despertado en el panadero, un brutal instinto homicida.

Relato incluido en Anatomía de la matrioska.

 

SOBRE EL AUTOR: BEATRIZ CARILLA EGIDO.  Escritora autodidacta de Zaragoza. Ha obtenido premios y menciones en convocatorias literarias a nivel nacional e internacional. Tiene varios libros publicados: uno de microcuentos y relatos titulado Anatomía de la matrioska (Círculo Rojo, 2018), un poemario llamado Azulidad (Imperium Ediciones, 2020) y un cuento infantil, Senda (Pastel de Luna, 2020). Escribe en el blog www.beatrizcarillaegido.com

 

NUEVAS Bases para participar en Palabra de Argonauta (convocatoria permanente):

1) Se aceptarán textos narrativos (relatos, cuentos, microrrelatos, etc.) en español de hasta cuatro páginas máximo, sean inéditos o no, de cualquier temática. No hay límite de edad para participar.

2) El formato de los archivos será DOC o DOCX. En el mismo archivo, deberá incluirse una pequeña bibliografía (de 5-6 líneas máximo).

3) El nombre del archivo que tendréis que remitir de manera adjunta será TEXTOS Y BIO DE (vuestro nombre y apellidos a continuación). Ejemplo: TEXTOS Y BIO DE PATRICIA BRAVA.doc.

4) Se remitirán al correo de la revista, a la atención de su directora, Esther Lapeña: odiseacultural@yahoo.com, con el asunto: «SECCIÓN NARRATIVA ODISEA CULTURAL». 

5) No se aceptarán borradores, textos desordenados o con faltas de ortografía. No se considerarán textos pegados al cuerpo del mensaje. Las propuestas que no cumplan con estas bases serán automáticamente descartadas.

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