Entrevistamos a Patricia Aibar (Barcelona, 1985), artista y creadora de Marie Tooth. Explora su propio cuerpo en busca de sus propias fragilidades. Defectos, errores, fallos. Ha sido censurada, criticada. Por las redes y por algún que otro cliente. Analiza la complejidad de la anatomía humana sin filtros. O tal vez, sí. Tal vez con uno: la neuropatía que padece, y que se ha convertido en una virtud a la hora de crear.
Eres autodidacta. ¿Cómo y cuándo empezaste a pintar?
-Pinto desde los 6 años, que recuerde. Pero hoy en día es bastante difícil ser “autodidacta”. Siempre tendremos libros, museos y vídeos con los que hemos aprendido alguna técnica.
¿Cuáles son las técnicas pictóricas que más te interesan?
-Siempre me ha fascinado la acuarela porque me parece una de las técnicas más frágiles. Da igual que hayan pasado años de su creación, si le cayera una gota de agua esta se alteraría. Es como si estuviera viva.
¿Qué han dicho de tu trabajo y cómo lo defines tú?
-El día que conocí a Jordi Lavanda me dijo que no le gustaban mis pinturas, que eran oscuras y sórdidas. Eso hizo que me cayera bastante bien. Para mí mi obra es real. Sin filtros. Pinto mi vida y mi vida es brutal en todos los sentidos.
¿Qué es lo que transmite tu obra?
-Tiene más sentido que esta pregunta la respondas tú. Yo me hago responsable de lo que quiero contar pero no de lo que gente ve en la obra. Cada vez que alguien me dice lo que ve en mi obra le digo que está en lo cierto, sea lo que sea que haya dicho, pues esa es su verdad.
Te diagnosticaron una enfermedad neurológica denominada Charcot-Marie-Tooth con 17 años… ¿En qué cambió tu vida?
-Al principio no entiendes nada. Ni tu cerebrillo de adolescente está preparado para entender nada. Ha sido un proceso de años y de pasar todas las fases del duelo que han hecho que me acepte y me comprenda desde la ternura tanto física como psicológicamente. Cada año el cuerpo se descubre con alguna limitación nueva y mi respuesta a eso es paciencia, cariño y gratitud por el resto de piezas de mi cuerpo que sí funcionan.
¿Quién es Marie Tooth?
-Marie Tooth nació de la necesidad de procesar algo que se me estaba haciendo bola (la enfermedad). Pensé que si le daba su propio espacio y su propia identidad yo, como Patricia Aibar, sería una persona libre. Ahora las dos identidades compartimos el mismo cuerpo. A Marie Tooth la pongo a trabajar pintando y Patricia Aibar gestionando el resto.
¿Para qué sirve el arte?
-La respuesta al arte es completamente personal. Hay a quien le sirve para escapar. A otros par gritar. A mí me sirve para sanar.
¿Todos los temas son susceptibles de convertirse en material pictórico? ¿Hay algo sobre lo que no harías un cuadro?
-Dado que mi obra es autobiográfica, me costaría hablar de un tema que no hubiera vivido antes. Entiendo que haya artistas que se suben al carro de todas las modas pero yo soy más de que si tengo que pintar las lorzas de alguien primero pinto y muestro las mías. ¿Sabes?
¿Tiene la mujer artista el lugar que merece en los espacios culturales?
-Hay algo que siempre me ha dado un poco de coraje y son las exposiciones de mujeres artistas. Se plantean como si fuera algo excepcional. Como si se nos hubiera cedido un espacio ocasionalmente y con lo que sentirnos agradecidas. Más paridad en las galerías, por favor.
¿Cuáles son tus influencias?
-Quizá mi mayor influencia plástica han sido los artistas británicos de la carne. Freud, Bacon y Saville. Aunque parte de la narrativa la saco del cine y directores como Aronofsky.
Sabemos que tu Instagram tiene gran éxito. ¿Qué papel han jugado las redes sociales en la difusión de tu trabajo?
-Tenía un Instagram como el de cualquiera, en el que colgaba tonterías. Entre todo eso, empecé a colgar algunos dibujos y a los pocos meses me ofrecieron hacer una exposición. Aún así, gracias que mi carrera no depende de Instagram. Algunas de mis obras son censuradas a los pocos minutos. Eso hace que me lo tome con calma y no le dé mucha importancia a las rrss.
Fuera de tu actividad profesional, ¿cuáles son tus intereses?
-El cine. Me fascina el cine, desde los aspectos más técnicos al puro entretenimiento.
¿En qué estás trabajando ahora?
-Estoy cerrando varias exposiciones que prefiero anunciar más adelante. Ya me ha pasado de contar cosas que luego no han salido y quedar como una bocazas.
Un pequeño test:
Una comida: -La pizza, of course.
Una canción: -Muchas pero mi última obsesión es “Suspirium” de Thom Yorke
Último viaje que hiciste: -Madrid
Alguien indispensable en tu vida: -Mi perrita Gertrudis
Un miedo: -Completamente irracional a las arañas.
Un deseo: -Me gustaría tener el poder de detener el tiempo.
Algo pendiente: -Tengo todo un “to do list” de cosas pendientes y que quiero cumplir poco a poco.
Una mujer: -Siento admiración profunda por todas esas mujeres que se han salido del camino y llevan las riendas de su vida.
Un libro inolvidable: -“Principiantes” de Raymond Carver.
¿Queréis saber más sobre Patricia Aibar? Aquí os dejamos los enlaces a su web, tienda y redes:
marietooth.com/ ; marietooth.tictail.com y facebook.com/marietoothart/
Entrevista realizada por Pamela Espigares
Pamela Espigares Jiménez (Barcelona, 1980) es Licenciada en Periodismo por la Universitat Ramon Llull de Barcelona. Es asesora de comunicación, redactora y escritora. Ha publicado “Sincericidio”, su primera novela, en 2018, con Suburbia Ediciones. Escribe en el blog pamelaespigares.wordpress.com
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