«Poesía General Básica 2007-2017» de Gsús Bonilla, por Juan Carlos Mestre

Portada PGB Gsús Bonilla

Igual que Gsús Bonilla tiene predilección por la arcilla yo tengo predilección por Gsús Bonilla, por su trayectoria, por su no afinidad y no condescendencia de la lírica entendida como aristocracia de los lenguajes cultos.

Gsús Bonilla lleva años jugándosela con el diagnóstico de lo difícil, es decir, la huida del lugar común donde la mal llamada poesía proletaria parece haberse convertido en la mala conciencia del capitalismo y sus mecanismos tan poco simbólicos de dominación: la cárcel de la pobreza, el estigma de las clases humildes y la invisibilidad de los débiles. Gsús Bonilla, eso ya lo sabéis, es uno de los tipos más honestos y dignos de la república de las afueras, una consciencia básica como lo es su poesía de la reconstrucción crítica del porvenir.

Cuando Shakespeare en el Acto III de Julio César grita ¡Devastación! y suelta los perros de la guerra, el lugar del poeta frente al poder quedará definido para la modernidad como lugar de resistencia frente a la negación del otro, el dato biográfico de aquel que asume la condición de un semejante y se inocua en el proceso de hacerse cargo del sufrimiento de los demás, esos otros también son él. Ese es para mí el valor absoluto de la poética de nuestro amigo Gsús, la fundación ética de una alteridad que ante lo fácilmente explicable, fraseología de lo sentimental, hace de lo poético visión de una nostalgia secreta, aquella que nos remite desde la arcilla, pasando por Darwin y Marx, a la condición filosófica de la igualdad de los seres humanos, la fraternidad como aspiración de la conducta y lo justo como compañía innegociable de lo bello.

Para alguien que nace en el seno de un establo no es tan fácil imaginar desde las troneras de palacio. Es la conciencia de clase lo que sigue, creo yo, queridas amigas, determinando el sujeto crítico desde el que la poesía ejerce su derecho de injerencia en la construcción del mundo, quien haya leído estos poemas habrá encontrado a una persona enfrentada al destino, no de liberarse de lo que ha sido, sino de en proceso de ser colectivamente el sueño pendiente de ser soñado. En esta época, adversa para todo imaginario que no haya encontrado su recompensa en la razón, la asamblea de voces que habitan la obra de Bonilla constituirá, literalmente, un definitivo encuentro con el lugar ético de la libertad, no ese adiestramiento en el serrín jurídico de las gramáticas de lo rentable, sino esa ilegal belleza que derriba desde la intuición cuanto la pragmática de lo sociológico nos tenía ofrecido. Y lo que el sistema, aunque siempre aplazado, ofrece, no es otra cosa que el fracaso como costumbre más arraigada del sueño… que toda la vida es sueño y los sueños son… pues no señor, el cuerpo del enigma es otro, no el yo lloriqueante del tímido contador de sílabas, no el adiestrado en el avallasamiento de los idearios políticos, no el deleznable cartógrafo de lo banal con pretensiones metafísicas; el sujeto del enigma, el protagonista espiritual del desafío es otro, es el cuerpo vivo del poema que frente al olvido del otro y la negación de su libertad, asume de manera radicalmente delicada la reivindicación del ser en su olvido y la memoria del olvido de ese olvido. Mal asunto si un poeta no es algo más que un individuo, y se encarna en la dimensión donde meditan en su condición de plantas, personas y animales.

Gsús ha sabido hacerlo hasta con las ruinas del aire, desde la fundación misma del gran griterío astral, toneladas de poemas rellenos de crema chantilly, latidos y crepúsculos. Sus poemas nos hablan no del betún del que somos tan partidarios, no de la heterodoxa convergencia de los lenguajes neutrales que siguen regateando en el área de los poetas medio mantas y los copleros tuberculosos, no, amigas, los poemas de Gsús Bonilla hace mucho tiempo que dejaron de ser poemas para convertirse en seres voluntarios de la columna Durruti. La tarea imprescindible frente a la brutalidad del sistema y las psicopatologías de guerra. Gsús sabe, lo supo yo creo desde siempre, que los pájaros del misterio cantan en el interior de uno mismo para ser escuchados en el oído de la compasión hacia otro… los poetas las putas los mendigos los que conocen el mester del alba y saben cosas inútiles que salvan… en fin, cuando se tiene como Gsús una madre preocupada de que uno no tenga frío, todas las razones del fuego, excepto una, quedan justificadas para el proyecto civil de la felicidad.

El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen monstruos. Escribió Gramsci. Contra esos monstruos se define también una actitud ante la vida, la clara conciencia de aquellos que como Gsús saben que los disconformes y los débiles intensamente utópicos hacen la vida más bella. Palabras de otros tiempos para construir otro tiempo, aceptemos que son poemas, vale, el runrún de un ruido ordenado en el resplandor, pero también en las cenizas de la historia. La historia, escribe Bonilla, no la escriben los vencedores, tampoco los vencidos, ojo -el ojo es mío-, tam-po-co los ven-ci-dos, la historia -esto vuelve a ser suyo-, la historia brota en la boca de quienes la sufren y padecen.

Este libro Poesía General Básica, es exactamente eso, poesía general básica, lo común fundamental de un sueño que, como nos recuerda Aldo Pellegrini, mantiene la puerta herméticamente cerrada para los imbéciles, abierta de par en par para los inocentes, cerrada para la siniestra autoridad de los burócratas, desde el poder de la iglesia al poder de los periodistas y lacayos de los banqueros. No tenía pensado decirlo, pero lo he dicho. Solo personas como Gsús, solo personas como vosotras, haréis posible el retorno de las palabras desde la casa de los alquimistas saqueada por los farmacéuticos, solo vosotras, libertad y anarquía, haréis que los libritos de lírica abandonen su lugar entre las mascotas domésticas para volver a ser bestias salvajes.

Querido Gsús, amigas y amigos, es un placer volver oír aullar a los ruiseñores.

 

 

Texto presentación «Los poemas de Gsús Bonilla hace mucho tiempo que dejaron de ser poemas para convertirse en seres voluntarios de la columna Durruti.» por Juan Carlos Mestre. Librería Contrabandos 5/6/2017.

Poesía General Básica 2007-2017, Gsús Bonilla, La Penúltima Editorial, 2017.

 

SELECCIÓN DE POEMAS DE «P.G.B.»

ÉSTE

Para Anna

A menudo paseo por el interés
que muestran los zapatos;
caminar adherido a una suela
ir de un lugar a otro, dando pasos.

De pequeño bastaba con estar descalzo
sintiendo el adoquinado reciente
de un barrio en construcción
bajo tus pies desnudos;
nunca supe por qué se caminaba,
hacia dónde se iba,
solo tenía conciencia de andar.

Intuía el camino, descifraba su misterio
y atribuía cualidades humanas
a animales o cosas, personificaba
en estatua mis miedos.
Imaginaba a aquellas figuras;
de un modo u otro, había símbolo
o icono, siempre un ídolo al que recurrir.

Qué importa ya que sepas más detalles,
hoy el lejano Oeste queda muy lejano
y la verdad: me has brotado
como un indio en medio del pecho;
no sé si sioux, apache o piel roja, pero
me dueles águila de cabeza blanca,
oso grizzly o escorpión, y volveré
a torcer el rumbo, a domesticar la tierra
si es por ti.

 

INVENTARIO UNIVERSAL

La caja, tus zapatos
los gusanos y las hojas de morera.
Mis mariposas.

La casa, la jaula
el pájaro, su trino, el alpiste.
Mis huevos.

La calle, los perros
sus mierdas, el parque
y el arenero.

Mi barrio
el camello, la sed, el agua
y la sal.

La ciudad, los borregos
la lana, el frío
y el lobo.

El estado, sus buitres
el olor, los cadáveres

y más gusanos.

¡El continente!¡El contenido!¡El fuego!

El mundo…
y ese sonido extraño de las hienas
cuando tienen hambre.

 

SEÑALES

Sientes que la calma ha llegado.
El tiempo de contar ovejas quedó atrás.
No apagues la luz. No duermas, todavía.
Comienza a enumerar leones.

 

 

Gsús Bonilla (Don Benito, 1971). Ha publicado El Forro (Edición de autor, 2007); Ovejas esquiladas, que temblaban de frío (Bartleby Ed, 2010); Menú del día…A día (Baile del Sol, 2011); Mi Padre, el rey (Ed. La Baragaña, 2012); aMoremachine (Ed. Escalera, 2013); Comida para perros (Baile del sol, 2014) y la compilación de haikus Gsusitos (Ebookprofeno, 2015).  En 2016 publica los cuadernos de poemas Viga (Ediciones Liliputienses, 2016)  y Anna (Ediciones del 4 de Agosto, 2016). Después de 10 años, la editorial vallisoletana «La Penúltima» ha reunido y publicado la antología: P.G.B (Poesía General Básica 2007/2017).  En la actualidad coordina en el barrio de Vallecas el ciclo de poesía contemporánea POéTIKAS, en la librería «La esquina del zorro».

Podéis seguir sus trabajos y novedades en su blog. 

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